Familia demanda al distrito escolar de Coronado por la muerte de un estudiante de séptimo grado
La familia de un estudiante de séptimo grado de la Escuela Secundaria Coronado que se suicidó demandó al Distrito Escolar Unificado de Coronado, alegando que la escuela no lo protegió del acoso escolar persistente y severo e ignoró las graves consecuencias para su salud mental.
Gabriel Palacios, de 13 años, sufría acoso escolar desde hacía tiempo debido a sus discapacidades, como el TDAH, el síndrome de Tourette y el trastorno obsesivo-compulsivo. Este acoso no se había abordado durante tanto tiempo que su familia buscaba transferirlo a una escuela privada, según afirma su familia.
Sin embargo, la demanda describe un agravamiento del acoso y lo que califica como una disciplina injusta en los dos meses previos a su muerte el 12 de abril.
Según la demanda de la familia, a principios de este año, el niño subió inadvertidamente una imagen o un video de sí mismo exponiéndose a sus contactos de Snapchat, uno de los cuales lo guardó.
Al día siguiente, Gabriel se lo contó a sus padres, Felipe y Orsolya Palacios, quienes llamaron a la escuela y a la policía. Se inició una investigación criminal y el acoso escolar se intensificó, según la demanda.
La madre de Palacios se reunió con la subdirectora, y la demanda alega que esta se reunió con los estudiantes sospechosos de posesión y distribución del material. Los estudiantes negaron tener conocimiento al respecto, y la subdirectora les creyó, según la demanda.
“El CUSD no tomó medidas significativas para detener el acoso, confiscar dispositivos electrónicos, realizar entrevistas exhaustivas ni abordar de ninguna otra manera el grave problema de la distribución de pornografía infantil entre los estudiantes”, afirma la demanda.
“Mientras tanto, el acoso escolar que Gabriel sufría se intensificó hasta alcanzar niveles insoportables”, añade.
Empezó a visitar a la consejera escolar con más frecuencia y a almorzar en su oficina para evitar a los acosadores, “sin embargo, no se implementaron medidas de protección efectivas”, afirma su familia.
La demanda alega que los administradores escolares también sometieron a Gabriel a medidas disciplinarias injustas, incluyendo una suspensión por posesión de armas tras llevar un destapador a un baile escolar.
Mientras tanto, la familia afirma que, en las reuniones sobre el Plan Educativo Individualizado (PEI) del niño, informaron a los funcionarios que este tenía dificultades y que su salud mental se estaba deteriorando.
El 10 de abril, cuatro días después de que sus padres lo dejaran al cuidado de un amigo de la familia durante un viaje de trabajo, Gabriel no contaba con su asistente habitual en la escuela y no se le asignó un sustituto, lo que viola su PEI, según la demanda.
Ese día, acudió al consejero escolar y a la enfermera, quejándose de malestar, antes de que lo recogiera un amigo de la familia.
Esa noche, intentó suicidarse. Murió en un hospital dos días después.
“El suicidio de Gabriel fue el resultado directo y previsible del acoso y la intimidación graves, persistentes y no abordados que sufrió en CMS, la indiferencia deliberada de la escuela ante su sufrimiento, la distribución de pornografía infantil que involucraba a Gabriel en las instalaciones escolares, la incapacidad del CUSD para proteger a Gabriel a pesar de las reiteradas advertencias y quejas, y el patrón de hostilidad y disciplina injusta del CUSD hacia Gabriel debido a sus discapacidades”, alega la demanda. “El CUSD tenía conocimiento real del riesgo sustancial de daño para Gabriel y conscientemente ignoró ese riesgo”.
Orsolya Palacios declaró en un comunicado de prensa el martes que la escuela no había hecho nada después de que el acoso de su hijo empeorara. “Confiábamos en que la escuela de Gabriel lo cuidaría y garantizaría su seguridad”, afirmó.
En una entrevista, el abogado de la familia, James Carraway, afirmó que la escuela debería haber utilizado el IEP de Gabriel como marco para ayudarlo.
“Legalmente, existen medidas de seguridad y sistemas para ayudar a estos niños más vulnerables como Gabriel”, afirmó. En cambio, parecía que Gabriel fue “ignorado”.
“Las escuelas pueden intervenir y detener este tipo de situaciones, y no había razón para que Gabriel llegara al punto de sentir la necesidad de quitarse la vida si el distrito escolar hubiera intervenido e investigado adecuadamente”, afirmó.
Además del distrito escolar, la demanda también incluye como acusados a estudiantes anónimos que, según la demanda, acosaron a Gabriel, así como a sus padres. Solicita una indemnización punitiva y ejemplar contra ellos.
Un portavoz del distrito se negó a hacer comentarios, refiriéndose en cambio a un comunicado emitido el 25 de septiembre.
En dicho comunicado, emitido tras desestimar la demanda por responsabilidad civil de la familia en una reunión de la junta convocada especialmente, los funcionarios del distrito expresaron su profunda tristeza por la muerte de Gabriel y ofrecieron su apoyo y condolencias a la familia. También indicaron que, según la investigación en curso, los hechos no respaldaban las acusaciones.
“Hay declaraciones en la demanda basadas en información errónea”, decía el comunicado. “Si bien el distrito no puede comentar sobre los detalles de la información errónea fuera del proceso legal, se defenderá plenamente a sí mismo y a su personal contra las acusaciones realizadas”.
Original Story
Family sues Coronado school district in 7th-grader’s death, blaming unaddressed bullying
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